miércoles, 13 de mayo de 2009

Perdon

Asomaba a sus ojos una lágrima y...
mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y enjugó un llanto,
y la frase en mi labio expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿Por qué calle aquel día?
. Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?.
Es cuestión de palabras,
y, no obstante, ni tu ni yo jamás,
después de lo pasado convendremos
en quién la culpa está ¡
Lástima que el amor un diccionario
no tenga donde hallar cuando el orgullo
es simplemente orgullo
y cuando es dignidad!
Gustavo A. Bécquer //