sábado, 12 de diciembre de 2009

El viento y el Alma

Con tal vehemencia
el viento viene del mar,
que sus sones elementales
contagian el silencio de la noche.
Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales tocar,
llorando y llamando
como perdido sin nadie.
Mas no es él quien
en desvelo te tiene,
sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.
Luis Cernuda