martes, 12 de enero de 2010

Asomaba a sus ojos una lágrima,
y a mi labio una frase de perdón.
Habló el orgullo y enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino,
ella por otro,
pero al pensar en nuestro mutuo amor
yo digo aún:
"¿Por qué callé aquel día?"
.Y ella dirá: "¿Por qué no lloré yo?".
Gustavo Adolfo Becker